He tratado por años (todos los de estudio) ser responsable y cumplir a cabalidad con mis deberes. Sin embargo confieso abiertamente que las tareas siempre las hacia los domingos y eran realmente pocas las veces que me organizaba y hacia tareas en orden para no saturarme. Me ha gustado trabajar bajo presión, bajo mi propia presión y sentía que hacia las cosas bien hasta que las revisaba y me parecían realmente mediocres. La autoexigencia era y es una característica muy mía.
A parte de todo el meollo de las tareas también me gustaba participar de diferentes actividades o cursos que me permitan crecer, me gustaba siempre estar adelante, correr porque sentía que el tiempo se acababa.
Hoy en día tomo muy enserio mis días de descanso y los fines de semana los dedico a tomar siestas que me ayuden a reponer energías. Todo gracias a que hace unos años tuve una crisis que desencadeno en una convulsión.
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